Nuevas perspectivas sociales para la tercera edad

El papel que desempeñan las personas mayores en la sociedad actual, tomando en cuenta la capacidad, la experiencia que poseen se analizan a la vez que sus posibilidades, sus necesidades y sus posibles limitaciones que la sociedad requiere aprender a envejecer, fortaleciendo sus capacidades y aceptando sus limitaciones. Debemos comprender que las personas mayores no son desechables, sino que deben ser integradas en la sociedad.

Las personas mayores deben gozar de independencia, autorrealización, dignidad,  participación y cuidados.

Debemos entender que las personas envejecen y con el envejecimiento individual cambian  las necesidades y resultan efectivos ciertos derechos derivados de la situación como personas mayores. Esto implica que la sociedad debe adaptarse a los distintos perfiles de las demandas sociales.

Gracias al avance de la medicina y de las nuevas tecnologías la esperanza de vida cada vez es mayor. Tanto es así que las personas mayores de setenta años, suponen un buen porcentaje de la población total del país,que cada año va ascendiendo.

Es de vital importancia estudiar el rol de la persona mayor desde ellos mismos para saber como son percibidas por las demás generaciones.

EL ADULTO MAYOR Y SU ENTORNO SOCIAL

La  Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, presidida por las Naciones Unidas determinó al adulto mayor como aquella persona cuya edad oscila entre 60 - 80 años, y al mayor de 80 años lo clasificó como anciano.

El envejecimiento es reconocido como un proceso natural e inevitable, todo ser vivo envejece; por tanto, no se puede analizar como si fuera una enfermedad, sino simplemente como una etapa de la vida que se debe aprender a vivir y disfrutar al máximo.

Sin embargo, un alto porcentaje de adultos mayores padece de depresión, de leve a moderada, debida principalmente a factores de tipo socio-económico, por ello el envejecimiento debe ser comprendido como un proceso individual de adaptación a las condiciones provenientes del propio organismo.

Con un envejecimiento activo se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez.

La solución al envejecimiento de la población sería la inserción efectiva del adulto mayor de manera que aporte su experiencia, conocimiento y sabiduría. Este grupo social no debe ser un peso para la sociedad, sino un recurso que puede contribuir a su bienestar.

Las personas mayores aparte de su testimonio vital, como los valores humanos, culturales, morales y sociales, ofrecen una aportación en el ámbito laboral y en la responsabilidad.

La soledad y la inactividad son enemigos acérrimos de la vejez. Participar de los programas dirigidos al mayor resulta beneficioso, realizan actividades que los entretienen que son buenas para la salud y les dan la oportunidad de mantenerse activos dentro de la sociedad.

Es importante considerar al adulto mayor en su dignidad de persona, a pesar del deterioro de su salud física y psíquica. Esta consideración positiva solo puede encontrar terreno fecundo en una cultura capaz de superar estereotipos sociales. Cuando falta esta visión positiva es fácil que se margine al adulto mayor y se le relegue a una soledad comparable a una verdadera muerte social. Para vivir en plenitud nuestra ancianidad es preciso planificar este proyecto desde muy temprano. 

Al tratar de conocer la percepción que se tiene del adulto mayor, se reconoce que la sociedad consumista induce la idea de jóvenes dinámicos y triunfadores. Hay que disimular el paso de los años como una vergüenza y no como un triunfo de la vida, olvidando que aquel que llega a edad avanzada ha triunfado sobre la vicisitud física y moral; por lo tanto desea plenamente disfrutar de toda esa experiencia como realmente la merece.