CASTILLA LA VIEJA En conmemoración al día del libro, os dejamos este cuento. Esta es la leyenda que aún cuentan las viejas sentadas al sol en la plaza del Azoguejo. En esa misma plaza, en tiempos muy remotos, cuando no existía aún el acueducto, se alzaba la mansión de un poderoso guerrero. De la servidumbre de ese noble señor formaba parte una apuesta moza, que fue empleada por el mayordomo para acarrear el agua necesaria desde una fuente, para ir a la cual había de descender a la plaza y volver a subir a otro tanto. Un día, en que la población celebrara una de sus principales fiestas, después de haber hecho viajes llevando cántaros, la muchacha se disponía a dejar la ropa vieja por las galas de fiesta y marchar con sus amigas a la alegre diversión, cuando recibió orden de seguir trayendo más agua. Desesperada, volvió con el cántaro a cuestas a subir
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